1.
El
libro álbum: entre lo literario y lo visual
Hablar de literatura e ilustración
es adentrarnos al alma del proceso creativo de las composiciones de los autores
y artistas, que nos motivan a descubrir y descifrar los parajes identitarios, reinterpretando
las más distorsionadas y reales ensoñaciones.
Literatura e
Ilustración ambos escenarios visuales conjugan voces e imágenes. Complemento el
uno del otro se unifican en una ecuación que expresa un diálogo simultáneo de
múltiples significados. Estas narraciones visuales y textuales derivan el libro
álbum, una propuesta con intenciones de vincular, manifestar y comprender las
dimensiones de los entornos físico, mental, emocional de los lectores.
El libro álbum es un
género que nos brinda una profunda narración, expandiendo la construcción de
significados además de una gama temática-visual importante para niños, jóvenes
y adultos. Autores que proponen contenido en sus historias acompañadas de una
carga emocional expresan una visión de representación e interpretación ligada a
conexiones de reinterpretación que amplíen el conocimiento, aprendizaje y la
experiencia de los seres humanos.
Son muchas las opciones
de obras literarias - visuales que caben destacar como: En el desván de Kitamura Satoshi, Olivia
de Falconer Ian, Pequeño azul, pequeño amarillo de Lionni Leo, Donde viven los monstruos de Sendak
Maurice, Willy el tímido de Browne Anthony,
por mencionar algunos, pero es de este último del cuál ahondaremos un poco en cuanto
a su proceso creativo.
2. Anthony
Browne: una trayectoria en el arte de la ilustración
Anthony Browne recientemente
publicó Jugar el juego de las formas,
un relato autobiográfico que nos brinda un acercamiento a su evolución
creativa, y en el cual nos comparte su experiencia como creador plástico y
escritor. A través de sus palabras, Browne nos permite entrar a su universo visual
mediante el cual realiza un dialogo directo entre los lectores y sus piezas
literarias-visuales. Browne desarrolla e
incorpora otra visión sobre la intención y postura interna-externa del libro
infantil. Sus ideas expuestas en sus libros conllevan a una provocación que
altera el espacio de los elementos de la obra, dando un valor diferente a cada
uno de ellos para que el lector a su vez explore y expanda los componentes
hacia otro comienzo permitiendo a sus ojos y mente experimentar una distinta
interfaz que no esta hecha para admirar porque existe un cierto desbalance que
permitirá, la reacción, la aceleración, intensificando la fijación
de la imagen y la palabra.
Anthony Browne nació en
Sheffield, ciudad que pertenece al condado de South Yorkshire, Inglaterra, en
el año de 1946. Estudió diseño gráfico en la Escuela de Arte de Leeds. Su
familia, la música, el arte, el deporte, fueron el primer acercamiento que tuvo
del juego de las formas que más tarde lo definirían en su camino por la
literatura infantil.
Influencias
tempranas
La muerte de su padre es uno de los
principales detonantes que lo hacen entrar a una introspección sobre la muerte,
la fragilidad del cuerpo, la acción de vivencia y decadencia corporal; su
exploración hacia estos temas lo llevan a encontrarse con las pinturas de
Francis Bacon que llegan verdaderamente a apasionarle ¡y no es para menos! los
cuerpos que sitúa Bacon en el espacio se distorsionan en el más ensordecedor instante,
siempre luchando consigo mismos perdiendo y cobrando el sentido ante la vida y
el dolor.
La ilustración médica: realismo e imaginación
Durante un tiempo fue
ilustrador médico, la práctica de este oficio consistía en estudiar la anatomía
del cuerpo humano, estas ilustraciones les ayudaría a los estudiantes de medicina entender las operaciones, pero esta labor
“era increíblemente difícil” según palabras de Browne ya que cada procedimiento
quirúrgico implicaba un reto, puesto que cada cirugía envolvía diversos
factores que le impedían ver la imagen completa, es así como, confía en su
imaginación para terminar de describir cada ilustración de las aplicaciones
médicas. Este trabajo fue sin duda muy valioso en su aprendizaje y desde luego
en el descubrimiento de las formas, forjando en su dibujo una técnica, destreza
en los matices, precisión, detalle, y una narración de la representación haciéndola
comprensible.
Las
tarjetas de felicitación y la síntesis de la imagen
Después de dos años
dejó esta actividad para seguir desarrollando su creatividad. Y en esta búsqueda de identidad creativa se
adentra en el diseño de tarjetas de felicitación. Diseña para la compañía de
tarjetas de Gordon Fraser, un hombre instruido y amable que mediante este comercio
financia libros de arte así como también una pequeña galería de arte brindándole
consejos de como mejorar sus propuestas estéticas. Durante esta fase adquiere
un entendimiento de los conceptos más demandados en la industria de este
mercado, así mismo esto le ayuda a hacer uso de actos intuitivos que le
proporcionan versatilidad en la síntesis de la imagen.
Hay
que dejar un hueco para el lector
Pero en su siempre acto
reflexivo estético y sobre todo de supervivencia como artista, lo guiaran hacia
un camino de iniciación y definición en su obra. Es cuando el factor causalidad
determina el encuentro con la literatura infantil, y más aún con su subsecuente:
el libro álbum. En este transcurso conoce a Julia MacRae de quien aprende invaluables
lecciones sobre todo la concepción del libro álbum, una de las cuales comenta
Browne en el libro, le enseñó:
“hay
que dejar un hueco entre la ilustración y el texto. Los huecos se dejan para
que los lectores los llenen con su imaginación. Esta lección ha sido valiosísima
para formar mi estilo como creador de libros para niños, y sin ella habría
menos tensión entre texto e imagen de la que normalmente se encuentra en mi trabajo”.
Sin duda, esta
enseñanza le servirá para comprender que este elemento es: “el momento decisivo”
como lo definió Henri Cartier-Bresson en la fotografía. Este componente será determinante
en la imagen, situara al lector y espectador en una sensación simbólica, donde imaginar
y sentir son los complementos que constituyen la conciencia del libro álbum.
Primeros
álbumes ilustrados
A partir de este
conocimiento se da a la tarea de encontrar ideas que generen atmosferas, que
dejen ese espacio de interactividad, la inspiración de las imágenes que realiza
en esta fase se basan en el poema la
puerta de Miroslav Holub y en el cuadro Prohibida
su reproducción de Magritte surgiendo así la creación de escenarios
surrealistas desarrollando su primer libro: Through
the magic mirror. Esta experiencia le dará una enseñanza sobre como hallar cierto
equilibrio entre las palabras e imágenes que conjuntamente tengan un efecto el
uno sobre el otro ocasionando armonía en la creación de la historia a narrar.
Tomando
en cuenta esta experiencia su siguiente libro Un paseo por el parque fue el inicio para dar
rienda suelta al contenido surrealista y entablar interacciones entre la visión
del escritor-ilustrador y nuestra percepción lector-espectador. Su interés por
el surrealismo lo hace ser un incansable observador de lo tangible e intangible.
La imagen que construye es una resonancia que provoca en el lector una
sumersión sucesiva de la forma.
Anthony Browne: una propuesta
estética-literaria
La
propuesta estética narrativa de Anthony Browne construye un espacio fluido,
dinámico y de percepción múltiple, ya que, de un escenario nos transporta con sutileza
hacia varios puntos dentro del mismo, donde se pueden apreciar no solo las
características de la imagen en su totalidad también por segmentos, estos
pequeños detalles le dan un pizca de astucia para relacionar a nosotros los
lectores flexiblemente con las situaciones que nos presenta en cada historia.
Browne transforma la
imagen y la palabra ambas adquieren una identidad, un discurso, construye y
transforma escenarios cotidianos con fuera de lógica intensificándolos de
surrealismo, de simplicidad, de gracia, sus influencias están ligadas a la
fuerte sensibilidad de los instantes impregnados en su niñez y adolescencia, recuerdos de su familia pero sobre todo de su
padre que lo incitaron a forjar un carácter en su obra además de mantener vivo
su espíritu y encontrar elementos característicos en sus composiciones en
cuanto a temática se refiere como : la nobleza, indiferencia, temor, timidez,
injusticia, amistad, ausencia, felicidad, la referencia a obras de arte, que
son un punto de partida para la inspiración, imágenes de Gericault, Edward
Hopper, Chris Van Allsburg, René Magritte, Ian Mcewan, por mencionar algunos, son
una especie de umbral para explayar la imaginación y dar pie a la inspiración que
provoque voluntaria o involuntariamente,
necedades y necesidades del surgimiento de las formas.
Entre
gorilas y chimpancés
Otro aspecto es el que sus personajes sean gorilas o chimpancés siendo
protagonistas de muchas de sus historias, interactuando con los humanos; la
efusión hacia los primates se debe a la ambigüedad que despliegan, pues el
porte de rudeza tiene consigo una muy grande fragilidad además de su mirada
intensa y encanto que le evocan a su padre.
3.
Jugar
el juego de las formas
Este
y sus demás títulos son una oportunidad para descubrir y conocer historias que
se tornan en memorias de transición, observatorios atrayentes de conciencia en
las cuales conectaremos con su ya mencionado juego de las formas y que nos
plantea a lo largo de sus anécdotas, pero ¿ como es el jugar el juego de las
formas? sin duda habrá una infinidad de reinterpretaciones y mi manera de
jugarlo es: colocando mi mente como espacio escultórico, conexión de ideas y
experiencias vivenciales, que dan nota a melodías rapsódicas, de esta manera
participan varios elementos de nuestra percepción detonando sonidos suaves o
resonantes, silencios que crean una atmosfera
poética, onírica o fatídicamente sensible, real. Es así como, el espacio
genera una ecuación que da como resultado: la forma.
Hablar de la forma en
términos del dibujo o la pintura implica situarnos dentro de un espacio en el
cual la percepción del entorno que nos rodea, despierta una esencia de la presencia y ausencia de lo que
vamos almacenando en nuestra memoria, construyendo y correspondiendo a un
dialogo de apariencias y transiciones, que da pie a la concepción de lo que nosotros
denominamos como imagen, derivando millones de paisajes ensamblados.
Conocer la obra de Anthony
Browne les dará una propuesta de reconocimiento y la diferencia entre ver y
observar sus narraciones literarias - visuales permiten apreciar la lectura y
la imagen de una manera diferente. Por lo tanto les hago una invitación para
explorar algunos de sus libros.
Bibliografía
esencial
Un paseo por el parque. León, Everest, 1981. (Descatalogado)
El libro de los cerdos. México, Fondo de Cultura Económica, 1991.
Gorila. México, Fondo de Cultura Económica, 1991.
Willy el tímido. México, Fondo de Cultura Económica, 1991.
Cosas que me gustan. México, Fondo de Cultura Económica, 1992.
Me gustan los libros. México, Fondo de Cultura Económica, 1992.
Willy el campeón. México, Fondo de Cultura Económica, 1992.
Cambios. México, Fondo de Cultura Económica, 1993.
El túnel. México, Fondo de Cultura Económica, 1993.
Willy y Hugo. México, Fondo de Cultura Económica, 1993.
Zoológico. México, Fondo de Cultura Económica, 1993.
El libro del Osito. México, Fondo de Cultura Económica, 1994.
Un cuento de Oso. México, Fondo de Cultura Económica, 1994.
Willy el mago. México, Fondo de Cultura Económica, 1996.
Willy el soñador. México, Fondo de Cultura Económica, 1997.
Voces en el parque. México, Fondo de Cultura Económica, 1999.
Las pinturas de Willy. México, Fondo de Cultura Económica, 2000.
Mi papá. México, Fondo de
Cultura Económica, 2002.
El juego de las formas. Traducción de Ernestina Loyo. México, Fondo
de Cultura Económica, 2004.
En el bosque. Traducción de Juana Inés Dehesa. México, Fondo de
Cultura Económica, 2004.
Hansel y Gretel. Cuento de los hermanos Grimm ilustrado por Anthony
Browne. Traducción de Miriam Martínez. México, Fondo de Cultura Económica,
2004.
Mi mamá. Traducción de Andrea Fuentes. México, Fondo de Cultura
Económica, 2005.